Casi 80 mil menores de edad muertos es el saldo promedio que se registra cada año en América Latina y el Caribe, como resultado de la violencia intrafamiliar que se padece en muchos hogares de la región.
En entrevista concedida a Notimex, el director regional del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en América Latina, Nils Kastberg, alertó que se ha minimizado la violencia en el círculo familiar, pese a lo alarmante de las estadísticas:
“Se habla de una gran subestimación del problema y en la mayoría de los casos de impunidad, ya que ni los sistemas de justicia ni los gobiernos se animan a intervenir, bajo el argumento de que la familia se ubica en un ámbito privado”.
“Se habla de una gran subestimación del problema y en la mayoría de los casos de impunidad, ya que ni los sistemas de justicia ni los gobiernos se animan a intervenir, bajo el argumento de que la familia se ubica en un ámbito privado”.
Agregó que el entorno familiar, al igual que el escolar, se han convertido en muchas ocasiones en “factores de desprotección” que hacen urgente una mayor atención de todas las esferas de la sociedad, con el objetivo de analizar las causas y revertir sus efectos.
El alto funcionario destacó el papel que juegan las Iglesias, las cuales tradicionalmente se han manifestado contra una mayor intervención en el círculo familiar, o contra que se informe a los menores de los riesgos que corren, pese a que se registren miles de muertes cada año:
“Hemos hecho un llamado a las Iglesias que tienen un importantísimo rol para que nos ayuden a generar conciencias, porque si en lugar de eso generan silencio, ello contribuye a que la violencia de este tipo se perpetúe”.
Kastberg reiteró que la información es una de las mejores herramientas que se puede proporcionar a los menores para que detecten cuando se encuentren en situaciones de riesgo, y puedan hacer un llamado de alerta.
Advirtió sobre la problemática que representa la llamada “cifra negra” de los casos que no se denuncian, propiciado por las ineficacias en los sistemas de salud y de justicia de muchos países de la región, que son incapaces para dar seguimiento a los casos, o incluso muestran indiferencia.
El directivo de la UNICEF enfatizó la necesidad de que “se rompa el silencio” de lo que ocurre en el ámbito familiar, y se informen los actos violentos que ocurran en su seno, con la finalidad de que se enjuicie y castigue a los responsables.
En este contexto, celebró que en el 3 Congreso Mundial de Enfrentamiento de la Explotación Sexual de Niños y Adolescentes, en Río de Janeiro, se haya abordado en las mesas de trabajo, no sólo el abuso sexual con fines de lucro, sino el abuso en el ámbito familiar:
“En este congreso hemos dado el salto a que mucho de lo que vemos como explotación sexual se inició en ámbito familiar, con violencia en el hogar; además, abordaremos temas de prevención, cambios culturales, de actitudes, y educación sexual temprana”.
Comentó finalmente que uno de los primeros acuerdos que se han alcanzado, es el de mejorar las actuales bases de datos sobre este tema, con el fin de conocer los niveles reales de violencia, para formular las estrategias adecuadas.
Nils Kastberg será el encargado de presidir y moderar el debate de clausura del referido congreso, que se lleva a cabo en la ciudad de Río de Janeiro, Brasil, y que concluirá el viernes próximo.
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